La biometría usa sensores, conectados a programas y base de datos, para hacer un escaneo no sólo de rasgos físicos sino también de patrones de comportamiento de un usuario. Los atributos individuales escaneados se comparan entonces con los de los usuarios registrados en la base de datos hasta identificación del individuo. El usuario accede al local por lo que es y no por lo que sabe: se pueden detectar sus características físicas como huellas dactilares, ojos, iris, facciones de la cara, aspectos de comportamiento como presión sobre botón/tecla, escritura a mano, patrones de paso, etc.
La biometría no está tampoco a salvo de fallos. Por ejemplo un corte o una mancha en un dedo puede alterar el escaneo de la huella dactilar, o el frío puede alterar nuestra voz en el caso de identificación mediante voz. Pero ningún sistema está realmente a salvo de errores puntuales. Soluciones mixtas combinando biometría y métodos clásicos de control de acceso son una muy buen opción. Ferrimax ofrece soluciones de cierre/apertura mixtas que combinan llave Cliente e Identificación Biométrica (palma de la mano o identificación facial).
En última instancia, la decisión de invertir en soluciones de control de acceso clásicas, biométricas o mixtas siempre pertenece al cliente. Tanto una opción como la otra son igual de válidas y seguras.